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Llamada la «isla verde», es un destino turístico único y encantador, que cautiva con los impresionantes paisajes de su Parque Natural. Exuberantes montañas verdes, innumerables lagos en calderas volcánicas, actividad geotérmica, fajanas, dramáticos acantilados que se adentran en el mar y el contraste de colores ofrecen escenarios únicos para practicar senderismo, observación de aves o actividades náuticas, desde el buceo al surf.

Entre los principales atractivos, un viaje por la isla debe incluir las Lagunas de Sete Cidades -con sus versiones verde y azul, que inspiraron muchos mitos y leyendas-, la laguna de Fogo, pero también las lagunas de Santiago, Rasa, Canário, Éguas, Congro o São Brás.

Para disfrutar de unas vistas dignas de Instagram, maravíllese ante los impresionantes miradores. Y no pierda la oportunidad de bañarse en las numerosas piscinas naturales que salpican la isla: Caldeira Velha, conocida por sus aguas de hierro, pero también Poça da Beija, Mosteiros o Ponta da Ferraria. En cuanto a playas, São Miguel también está bien servida, destacando las de Pópulo, Vinha da Areia y Ribeira Quente.

La gastronomía es otro de sus atractivos. Pruebe el cocido de Furnas, hecho con el calor de la tierra en ollas enterradas en el suelo, que es imprescindible. La frescura del pescado y el marisco -las cracas (balanos locales) son uno de los platos más típicos- no dejan indiferente a nadie. La carne, el queso fresco con chile local, el bolo lêvedo (pan redondo y plano), las queijadas (pequeñas tartas de queso) de Vila Franca do Campo, la piña y el té son otros atractivos gastronómicos de São Miguel.